Read with BonusRead with Bonus

Imbécil grosero

—¿Thomson, verdad? —preguntó Roman al teléfono.

Mis ojos se abrieron de par en par—. Eres un grosero.

Me acerqué decidida a recuperar mi teléfono. Él se apartó de mi camino y rápidamente se colocó detrás de mí. Un brazo se enroscó alrededor de mi cuello, forzándome contra su pecho. Su otra mano ma...