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Campus

—Tú, ve, te está llamando —gruñó Zoe con impaciencia molesta, su labio inferior sobresaliendo en un puchero adorable.

Pero me quedé pegada a mi asiento, para gran disgusto de mi nueva amiga.

Uno de los guardaespaldas de Roman se acercó a mí.

—¿Señorita Lynn? —preguntó, buscando en mi rostro—. El ...