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Capítulo 52

—Luciano.

Helen dejó caer el cepillo de inmediato y corrió hacia él.

—No te muevas, solo quédate quieto.

Ella sostuvo sus hombros, empujándolo suavemente de vuelta a la cama.

Luciano gruñó, intentando levantarse de la cama.

—No, mi príncipe. Tienes una herida profunda en el pecho. Por favo...