Prólogo
Dolor. Un dolor insoportable recorría todo su cuerpo mientras el látigo caía sobre su espalda por enésima vez. Lágrimas mezcladas con sudor corrían por su rostro hasta el suelo, mojándolo ligeramente. Sin embargo, levantaba la azada sin descanso, clavándola en la tierra para deshacerse de las malas hierbas.
Es todo esclavitud. Cuando la agonía se convierte en una parte de tu vida, eso es lo que ella llama esclavitud. Cuando sigues trabajando incansablemente porque no tienes otra opción. ¡Es todo esclavitud!
Trabajando sin descanso, pagando por crímenes de los que no saben nada. Sufriendo sin razón válida. Esforzándose por sobrevivir, tratando de no morir. Esforzándose por sobrevivir una fase tormentosa de la vida.
Sin embargo, han estado dando vueltas y vueltas en este túnel y no han visto ni el más mínimo destello de luz que traiga un poco de esperanza. ¡Ninguno! Solo sufrimiento y tormento viniendo en oleadas desde todos los rincones.
Ella era la más valiente. No temía a nadie. Era valiente. Pero luego es sometida a la esclavitud, donde no tiene poder sobre sí misma. Donde vive por órdenes, por reglas. Esclavizada al príncipe de corazón frío.
Pero, espera con fe. Una fe tambaleante que espera la luz. Esa pequeña luz de libertad.
¿Quién es ella?