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¡Adiós papá!

Encontré a mi padre acostado en la cama, y está muy débil. Me acerco a él y noto que está respirando con dificultad.

—¿Quién está aquí? —preguntó girándose hacia la entrada.

—¿Ya no me reconoces, querido papá? —respondí caminando hacia él.

—¿Paula?! —exclamó mi papá, sorprendido.

—¡Bien visto! S...