Read with BonusRead with Bonus

Primero son dulces

—Ven, vamos a dormir ahora...—dijo Bahm, extendiendo una mano hacia mí, mientras con la otra acariciaba perezosamente su aún erecto pene.

Acababa de regresar de su hermoso baño de mármol negro. No estaba segura de cuál era su idea de una siesta, pero no estaba dispuesta a recibir otra embestida.

M...