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¡Qué zorra!

—¡Apúrate! ¡Tengo una sorpresa para ti!

—¡Ping!

Mis orejas se movieron. Podía escuchar a Hunnie vistiéndose en su habitación al otro lado de la ciudad.

Quería torturarla y hacer de su vida un infierno por rechazarme. Aprenderá con un poco de ira.

También quería complacerla, pero al mismo tiempo,...