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Tiempo del destino

El ascensor del ático de Beau se abrió. Su rostro fue lo primero que noté cuando las puertas del ascensor se abrieron. Aún lleva ropa de trabajo, la corbata colgando suelta alrededor de su cuello, y está hablando por teléfono con alguien. Sus cejas están fruncidas.

Nuestras miradas se encontraron. ...