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Luna desaparecida

El teléfono de Kayla. Me di cuenta de que algo andaba mal. Ella nunca dejaría su teléfono en el suelo. Corrí hacia la puerta y comencé a golpearla.

Esperé unos minutos y luego volví a golpear.

—¡Cállate de una vez! —escuché gritar a su padre. Estaba conteniendo mi ira. Si le había hecho algo, lo de...