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Enfurruñado, Sr. Olsen.

Al día siguiente en el trabajo, el Sr. Olsen seguía de mal humor. Katherine se quedó preguntándose qué le pasaba. Tenía curiosidad, pero se contuvo porque sabía que preguntar podría interpretarse como que le importaba.

—Señor, no me dijo a qué hora comenzará la reunión —dijo Katherine.

—Una hora ...