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Hermana querida

El olor de él, el olor de su aliento y la suavidad del beso que me dio esta mañana antes de que nos fuéramos me tiraban, me hipnotizaban, de hecho, queriendo que diera la vuelta a mi caballo y corriera de regreso a la casa de la manada, de vuelta a sus brazos. Haría cualquier cosa, cualquier cosa po...