Read with BonusRead with Bonus

33. El silencio de las almas perdidas

Augusto está sentado en el césped junto al lago; una de sus manos descansa sobre una de sus rodillas dobladas mientras la otra lanza guijarros al agua, haciéndolos rebotar hasta que se hunden, junto con su mirada triste.

Miranda está sentada en una rama de árbol, la más alta que pudo encontrar, con...