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28. Que comience la oscuridad...

—Miranda, ¿estás segura de lo que estás diciendo?— preguntó Augusto angustiado, caminando de un lado a otro.

—Augusto— su madre lo tomó del hombro y lo hizo detenerse para mirarla— así vas a hacer un agujero en el suelo— y él vio allí mucha esperanza y miedo.

—Miranda, repite lo que acabas de deci...