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85. Moonlight Love

Hace algún tiempo, Soraia había regresado a la tienda y se había acostado cuidadosamente en los brazos de Augusto. Ahora Augusto se había despertado y no sentía el perfume ni el cuerpo de Soraia a su lado —terco como el buen hombre lobo que es— se levantó, su espalda ardiendo por el esfuerzo, y miró...