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Daga de Roble Plateado

Natasha.

Gemí y luché por liberarme, pero uno de ellos me agarró ambas manos detrás de la espalda y comencé a sentir cómo las ataban con cadenas de plata.

—¡Déjenme! ¡Esto no es justo! —grité, luchando por separar mis manos, pero finalmente logró atarlas con las cadenas....