Read with BonusRead with Bonus

¡Mía!

Mis dientes temblorosos se separaron y me mordí las palmas que cubrían mi boca. Un gemido ahogado siguió y el agresor se apartó de mí.

—¿Derrick?

—¡¿Qué demonios, hombre?! —gritó Derrick a medio grito—. ¿Desde cuándo te convertiste en un perro?

—¿Qué estabas tratando de hacer?

Me ignoró por un m...