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Capítulo cuarenta y dos

—¡Vamos, nena! ¡Vuelve loco! ¡Fóllame como loca!

Jack sostenía el trasero de María mientras movía su cintura de un lado a otro para ayudarla a tener mejor fricción mientras copulaban, lo que también revelaba su energía.

El sonido de los embates era silencioso, pero los gemidos de María resonaban m...