Read with BonusRead with Bonus

Capítulo cuarenta y uno

La presencia inesperada de María hizo temblar a Zena.

—¿Por qué estás revisando las cosas de mi papá? Yo nunca he tocado sus pertenencias —María caminó directamente hacia donde Zena estaba a punto de abrir la caja y la cerró de golpe.

—¡Oye! ¿Dónde está el baño?

Rosie observaba a las dos chicas e...