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Capítulo cuarenta

El sonido sordo que hizo la puerta cuando el Sr. Benson golpeó la puerta de María fue tan fuerte que el sonido agudo despertó abruptamente a Zena, pero no a María.

—¡Despierta, María, despierta! —susurró Zena en voz alta mientras le daba golpecitos en el brazo para despertarla.

Con dos golpecitos,...