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Capítulo treinta y tres

—¡Señora Christe! ¿Está bien?

Le tomó unos momentos recuperarse de la terrible premonición que tuvo al tocar a Zena.

Se tambaleó tanto que Richard inmediatamente pidió ayuda y la llevaron al sofá que estaba en la galería.

—¿Está bien ahora? —Richard le exigió que dijera algo mientras apuntaba una...