Capítulo 3
POV de Axel
Estaba en mi oficina revisando algunos papeles sobre una pelea que ocurrió entre dos adolescentes. Estaban discutiendo sobre quién era más fuerte y ambos querían probarlo peleando. No hace falta decir que ninguno ganó, porque dos miembros mayores de la manada intervinieron y me informaron. Odio lidiar con asuntos tan pequeños, porque tengo asuntos más urgentes en mis manos. No me malinterpreten, me importan los 758 miembros de la manada y quiero que estén seguros y escuchar a cada uno de ellos, pero a veces es simplemente imposible hacerlo. Soy el Alfa de la manada más fuerte de los Estados Unidos, y se llama la manada Luna Regina. El nombre significa Reina de la Luna en honor a la Diosa Luna que creó a los hombres lobo. Esta fue la primera manada que se fundó unos meses después de que nuestra raza apareciera.
Hubo un golpe en mi puerta, y mi Beta y mejor amigo, Jason Miller, entró sin esperar mi respuesta.
—Axel, hay una nueva familia en la ciudad. Acabo de recibir la noticia de que son humanos.
—Sabía que el director contrató a una nueva maestra, porque estaban cortos de personal, pero no pensé que sería humana. Tenemos que hablar con ellos pronto, solo espero que no se asusten demasiado y desaparezcan o peor, que cuenten nuestro secreto a los forasteros.
—No lo creo. Saben que la ciudad se llama Wolfcreek, eso es un indicador. De todos modos, por la tarde voy a comprar un regalo para el cumpleaños de mi mamá. ¿Quieres venir conmigo?
—Lo veré. Dos chicos empezaron una pelea, así que tengo que lidiar con ellos y hablar con sus padres.
Después de que Jason se fue, volví a terminar el papeleo. Me comuniqué mentalmente con ambas familias y diez minutos después ambas estaban aquí. Los chicos se disculparon entre sí y todo se resolvió. Estaba caminando por el pasillo desde mi oficina, cuando de repente se escuchó música fuerte desde la habitación de Amy y Lucy. Son mis hermanas gemelas y tienen 10 años menos que yo. A los 14 años tienen una nueva obsesión de poner música a todo volumen en cualquier momento, todos los días. Ahora mismo estaba sonando 10:35 de Tiësto. Llegué a su puerta y golpeé.
—Amy, Lucy, por favor bájenle, otros viven aquí también.
—No nos importa, tú eres el Alfa así que no pueden hacer nada al respecto —respondieron simultáneamente. Después de 14 años sigue siendo espeluznante cuando hacen esto, lo cual es básicamente todo el tiempo.
—No me hagan llamar a mamá, saben bien lo que pasará entonces.
Inmediatamente bajaron el volumen mientras me miraban con enojo. Solo me reí y salí de su habitación. Vi a Jason agarrando las llaves del coche, así que le dije que me esperara. Pocos minutos después estacionó el coche en el centro comercial y entramos buscando regalos de cumpleaños. Quería comprar un par de pendientes de oro, pero no había ninguno que le gustara. Recordé que hay una pequeña tienda afuera, así que nos dirigimos allí. Mientras caminábamos, olí un aroma embriagador. Era jazmín combinado con naranja. Mi lobo, Damon, se emocionó mucho. Sabía lo que esto significaba. Finalmente encontré a mi compañera. He estado soñando con este momento desde que supe sobre los compañeros. Cuando cumplí 17 años, estaba devastado porque no la había encontrado. Ahora, después de siete años de espera, finalmente está aquí.
Mirando a Jason vi la misma expresión en su rostro, lo que significaba que él también había encontrado a su compañera. Empezamos a seguir el aroma y pronto dos chicas aparecieron a la vista. Cuando la vi, el mundo se detuvo. Era hermosa con su largo cabello rubio, vestida con un vestido de verano con girasoles. Era diminuta en comparación con mi estatura de 1.90 metros. En ese momento supe que necesitaba ser protegida, no solo por su altura, sino por el hecho de que es humana. Conozco a todos los miembros de mi manada y ella no era uno de ellos. Inmediatamente conecté los puntos, debe ser la hija de la nueva maestra.
Estábamos a punto de acercarnos y saludarlas cuando de repente se dieron la vuelta y empezaron a irse. Cuando finalmente salí del trance, noté que se subieron a su coche y se fueron. Damon se enfureció y empezó a gritarme.
—¿Cómo pudiste dejar que mi compañera se fuera? He estado esperando siete años y desperdiciaste la oportunidad.
—Cálmate, ¿quieres? Y ella también es mi compañera, no solo tuya. Yo también he estado esperando siete años.
Después de esto lo bloqueé y me volví hacia Jason.
—Bueno, amigo, nuestras compañeras finalmente están aquí. No puedo creerlo.
—Lo sé, yo tampoco puedo creerlo, estoy tan feliz.
Jason encontró un regalo que le gustó y nos dirigimos a casa. Cuando entramos a la casa de la manada, la mesa ya estaba puesta para la cena. Mi mamá vio mi expresión y supo de inmediato que algo bueno debía haber pasado, pero no me preguntó al respecto. Cuando la cena terminó y todos se fueron, comenzó el interrogatorio.
—¿Qué pasó, Axel?
—Encontré a mi compañera. —Hubo un momento de silencio y luego un chillido fuerte.
—¿De verdad? ¿Quién es ella? ¿Es bonita? ¿Cómo se llama? ¿Es de la manada? ¿Cuántos años tiene? ¿Te aceptó? Qué tonta, por supuesto que lo hizo.
—Sí; es la hija de la nueva maestra que contrató la escuela primaria; sí, lo es; no lo sé; no, no lo es; no lo sé; aún no. —Respondí sus preguntas en orden.
—¿Qué quieres decir con que no lo sabes? ¿Qué estabas haciendo, parado ahí como un tonto?
—Bueno... más o menos. —Respondí tímidamente.
—Así no te crié, joven. No puedo creerlo.
Este fue el momento en que mi padre, el antiguo Alfa, entró en la habitación.
—¿Por qué estás tan ruidosa, querida Macy?
—Adivina qué, nuestro hijo encontró a su compañera. ¿Y qué hizo? Absolutamente nada, solo se quedó parado en un lugar como un tonto y la dejó irse.
—Felicidades, hijo. —respondió mi papá mientras reía y jadeaba por aire.
Después de esta conversación embarazosa, subí a mi habitación. Después de lavarme, me fui a la cama y no pude evitar pensar en mi hermosa compañera. No podía esperar a tenerla en mis brazos mientras dormíamos. Pero sé que esto tomaría un tiempo, y solo esperaba que no fuera demasiado terca y me aceptara por quien y lo que soy. Esta fue la primera vez en años que dormí con una sonrisa en el rostro. Decidí visitar a la familia mañana y contarles a sus padres nuestro secreto mientras les hacía prometer no decirle a nadie y contarles a las dos chicas sobre nosotros.