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Capítulo 2: Ex novio molesto

—¿Johnny no va a almorzar con nosotros hoy? —le pregunté a Jennifer y ella se encogió de hombros.

—Dijo algo sobre tener una noticia para nosotros sobre una chica guapa que vino más temprano, pero tenía que estar de servicio —respondió.

—Oh, eso... —fingí total desinterés, pero en el fondo quería saber qué lo había traído a la escuela y si Ava era su sobrina o prima. No parece del tipo de hombre que sería papá.

The Catch Cuisine ya estaba lleno, lo cual pasa mucho durante el almuerzo, y el delicioso aroma de la comida y las especias ya me hacía salivar.

—Voy a pedir nuestras órdenes, ve a buscar nuestro lugar favorito —asentí y me dirigí al final del restaurante de temática coreana donde Jennifer y yo disfrutábamos almorzar mientras admirábamos la hermosa vista del largo arroyo claro detrás del restaurante, donde a los flamencos les encanta jugar.

¿Puedes imaginarte el descaro de mi exnovio de estar aquí y en mi lugar favorito? Eso me enfureció. No sé si arañarle los ojos por ser un infiel o tirarle una bebida a la hija del ministro por robarme a mi novio.

—Hola —dije secamente, tomando la tercera silla sin invitación mientras ambos me miraban sorprendidos.

—Hola Anastasia, lo siento. Puedes pensar que te quité a tu novio, pero tú... —le hice un gesto con la mano para que se callara antes de que soltara sus excusas irracionales.

—¡Medio millón de mis ahorros! —me sentía furiosa por lo estúpida que había sido por amor. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por Vincent, pero no, este tipo tenía que demostrarme que el amor, después de todo, es una gran farsa.

—¿De qué... —preguntó Alia, la ladrona de novios, ni siquiera sabe cuándo callarse.

—Le di el pago inicial de su coche y sabes que cuando estudiaba en el extranjero, mi tío era quien pagaba la mitad de su matrícula. Ni siquiera he terminado, desde que este ingrato dejó la universidad, ha estado viviendo en mi casa. No me sorprendería si actualmente está viviendo contigo... —Alia desvió la mirada, confirmando mis pensamientos.

—¿Y esos documentos que te consiguieron el ascenso para convertirte en directora de la Academia Queen's and King's a una edad tan joven, quién los escribió...? —Él solo se quedó sentado, mirando a cualquier parte menos a mi cara con esos gruesos lentes suyos, haciéndome preguntarme qué vi en él en primer lugar.

—Solo estás celosa porque ya no te quiere...

—Ahora detente ahí. Siento lástima por ti porque estás saliendo con mi basura y espero que ambos envejezcan juntos porque estarían haciendo un gran favor a la sociedad al no contaminar a más personas con su desastre —dije tan calmadamente como pude, aunque por dentro estaba hirviendo. Literalmente entregué mi vida por este tipo, fue mi primer amor y pensé que sería el último.

—Hey Anna, nuestro tofu se va a enfriar —dijo la voz tranquilizadora de Jennifer. Les lancé una mirada y me levanté, golpeando su mesa antes de tomar las manos de Jennifer mientras nos dirigía a otra mesa.

—Sabes, podemos irnos y comer en otro lugar...

—Ni hablar, y darles la satisfacción de que soy una cobarde —Jennifer asintió y se sentó, llamando la atención del camarero.

—Dos vasos de soju, por favor —mi mejor amiga me conoce demasiado bien.

—Que sean dos botellas, por favor —me miró con una expresión preocupada antes de asentir al camarero, quien regresó con nuestro pedido unos minutos después.

Continuamos comiendo nuestro tofu y tomando tragos de soju en silencio.

—Anna, esa es mi botella la que estás tomando, ya podemos irnos. Ellos se han ido.

—No, déjame terminar este tofu, se ve delicioso —dije, bebiendo directamente de la botella de Jennifer, sabiendo que no se la bebería toda por su dieta o algún tipo de pérdida de peso.

—Sabes qué, tienes razón. Deberíamos ir a bailar —dije, sin sentirme ni un poco emocionada por bailar.

—Vaya Anna, la gente llora por una ruptura, pero todo lo que tú haces es comer, beber y bailar —suspiré por lo acertada que estaba, pero la comida y el baile son las cosas más leales que me dan alegría, es justo que sean las cosas que me consuelen ahora.

—Además, tenemos que asistir a la reunión de la Asociación de Padres y Maestros de la escuela que empezará a las 7 pm...

—Paso, eso es para maestros de verdad. Yo solo soy una profesora de baile.

—Una increíble, Anna. Acabo de leer que a Vincent le darán un premio en la reunión también —susurró con puro disgusto en su rostro.

—¿Un premio por qué exactamente, Jennifer, por ser un infiel? —Ella revisó su teléfono y me lo pasó, mostrándome la información completa.

—Por unos documentos que escribió sobre cómo las mascotas pueden ser terapéuticas para los niños, algo así... ¡Maldita sea!

—No puede ser, ese es mi trabajo y Dior fue incluso mi objeto de investigación. Escribí ese documento desde mi experiencia personal de primera mano. Él solo me estaba ayudando a revisarlo, ¡pero ese idiota realmente no puede dejar de usarme para su beneficio, ¿eh?! —grité, llamando la atención de algunas personas alrededor, pero realmente no me importaba.

—Es más horrible de lo que pensaba... —susurró Jennifer, sacudiendo la cabeza incrédula.

—¿Sabes qué? Vamos a esa reunión y de ninguna manera permitiré que siga pisoteándome así —mi pecho ya se agitaba de rabia en este punto.

—¿Qué harás, Anna...? —Me giré y le sonreí a Jennifer. Vamos a buscar a Dior y a darle a ese idiota una gran lección en su vida para que nunca vuelva a jugar con ninguna mujer.

—Empiezo a preocuparme por ti, Anna, tal vez sea el soju hablando...

—Ya he tenido suficiente. Si no me apoyas como mi mejor amiga, lo haré sola... —Ella hizo una mueca y la miré con toda seriedad, y ella soltó un suspiro después de frotarse la sien.

—Está bien, déjame pagar la cuenta —asentí, demasiado enojada para hablar en este momento.

—Oh Vincent, no sabes lo que se te viene encima.

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