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Capítulo cuarenta y cinco

Capítulo Cuarenta y Cinco

Lo enfrenté. —Solo dices eso porque no estás en mi lugar. Solo da gracias y seré el primer nieto del hombre.

—Estás realmente confundido, primo— me respondió Andrea, luego sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarrillos y un encendedor rojo.

Probablemente estés sorprendid...