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Capítulo veinticinco

La cicatriz en la mejilla del Rey Padre me ha estado molestando todo el día. Debe ser el asesino de gatos.

Estamos en el palacio real cenando. La habitación está iluminada con lámparas. Rodean todo el lugar, incluso afuera. Para estar seguro, solo me doy el gusto de comer tripas y albóndigas. Lo baj...