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Capítulo 10

¡Zas!

Una figura dormida en una cama capaz de sostener a cuatro personas adultas movió su brazo, golpeando al hombre que estaba de pie junto a la cama en la cara. De repente, la persona se despertó, con la piel húmeda por el sudor, las cejas levantadas, los labios entreabiertos y las manos aferrada...