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Número 31

—Lo siento, de verdad—seguía disculpándose él.

—¿Lo sientes?—ella levantó un poco la cabeza, aún en sus brazos, y preguntó.

—Sí—susurró él.

—Tienes razón—dando unos pasos hacia atrás, sollozó mientras se limpiaba las lágrimas—. Realmente enfrenté mucho en manos de ese vil sujeto que se hace pasar...