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Número 25

Las primeras horas de la mañana eran las más serenas para los lobos. Junto con los sonidos de los pájaros que emanaban del bosque alrededor, y la hermosa alma que yacía en su pecho, se puede decir que también eran las favoritas de Roman.

Él estaba recostado en la cama, con los brazos alrededor de s...