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Capítulo 52

La enfermera se acercó, su mirada llena de satisfacción y algo que rozaba el sadismo. Yo estaba allí, de rodillas en el caballete, tratando de mantener la compostura. Sabía que esa posición debía ser incómoda, pero la incomodidad que sentía no era exactamente lo que esperaba.

—Esta posición debería...