9
—Más te vale explicarme por qué de repente me convertí en tu novia. ¿Necesito recordarte lo que pasó esta mañana?
En cuanto estuvimos solos, empecé a bombardear a Ethan con preguntas. Estaba tan confundida y perdida cuando abrió la boca frente a la señora Athena y de repente me convertí en su amorosa novia. Llevábamos ya cinco minutos en el coche y ni siquiera se molestó en responderme. Idiota.
Ethan conducía en silencio por las concurridas calles de Nueva York. Ignoraba todas mis preguntas y miradas. ¿Cómo puede alguien ser inmune a mis miradas? Mis miradas eran mortales.
—¿Quieres algo de comer? —preguntó como si no le hubiera hecho una pregunta. Me miró divertido—. La ira te sienta bien, princesa.
En ese momento estaba a punto de estallar de rabia. Odiaba cuando alguien pensaba que era linda cuando en realidad estaba planeando su muerte en silencio. Ethan de hace años era mucho más fácil de descifrar que el Ethan actual. Pero aún así, lo amo y lo odio al mismo tiempo. ¿Y por qué está actuando así? ¿O es que siempre ha sido así? —¿Por qué no le dijiste que estás con Veronika, eh? Ella es material de novia, ¿no?
Ethan me miró y frunció el ceño. Su expresión era indescifrable. —¿Veronika? ¿Novia? ¿En serio crees en los rumores?
Casi quería golpear mi cabeza contra la ventana. Esta mañana estaba alabando a la modelo rusa y ahora me dice que no están saliendo. ¿Qué tipo de juegos mentales está jugando conmigo?
—¿Rumores? ¡Tú me lo dijiste! —grité, levantando las manos en el aire—. ¡Maldita sea, Ethan! ¡Deja de ser tan confuso y dime por qué tuviste que decirle a la señora Athena semejante mentira!
—Esas eran tus suposiciones, princesa. Nunca confirmé que Veronika fuera mi novia. ¿Y la razón por la que le dije a Rose que eres mi novia? Rose está envejeciendo y quiere verme asentado con alguien que saque lo mejor de mí. Ya sabes, esas cosas que la gente mayor quiere para ti. Bueno, no le cae muy bien Veronika. Como sabrás, a Veronika no le importan mucho las personas a su alrededor. Está muy llena de sí misma. Rose nunca se molestó en ocultar su desagrado por Veronika —me dijo Ethan, con los ojos todavía fijos en la carretera. Esperé a que continuara, pero se detuvo ahí.
Genial, ¿qué se supone que haga con esa información? Rebusqué en mi bolso para encontrar mi brillo labial. Cuando lo encontré, volví mi atención a Ethan.
—Eso no respondió mi pregunta, señor Gray —murmuré, aplicándome el brillo labial en los labios. La forma en que suena su apellido, era tan sexy. Oh dios, ¿acabo de decir que el apellido de Ethan suena sexy saliendo de mi boca? Creo que debería lavarme la boca con jabón cuando llegue a casa. Esto no es bueno. ¿Por qué tengo pensamientos así?
—Rose está enferma, ¿de acuerdo? Y estoy tratando de cumplir su último deseo. Y eso es que yo tenga una novia.
Volví la cabeza hacia Ethan. Mis ojos se abrieron y mi boca quedó abierta. —No estás hablando en serio.
Ethan se burló. —¿Por qué bromearía sobre una enfermedad, señorita Vargas?
La forma en que pronunció mi apellido me hizo estremecer. Salió tan perfectamente de su boca. ¿Qué demonios estoy pensando? Sacudí la cabeza para volver a mis sentidos.
—Podrías contratar a alguien para que finja ser tu novia. Ahora, cada vez que nos encontremos con la señora Athena, tengo que actuar como si estuviera locamente enamorada de ti. Y no quiero actuar como tu maldita novia porque al final, yo seré la que termine lastimada.
—Espero que seas buena actuando —respondió casualmente—. ¿Y por qué contrataría a alguien para que sea mi novia? Quiero decir, tú estás aquí para cumplir ese trabajo, ¿no? No hay vuelta atrás ahora, Nicole. ¿Qué quieres que piense Rose de mí? ¿Que salto de una chica a otra? No, eso no va a pasar.
Rodé los ojos y maldije para mis adentros.
—Me gradué en Diseño de Moda, no en Drama.
—Toda tu vida es un drama, Nicole —Ethan se rió, mirándome de reojo. Le lancé una mirada fulminante y él se rió suavemente. Ahora que lo miraba mejor, Ethan se veía bastante apuesto, pero como siempre. Llevaba su atuendo de trabajo, por supuesto, su traje negro de Armani. Su sonrisa característica siempre presente en su rostro, haciendo que todas las chicas se inclinen como plebeyas. Bueno, excepto yo. Lo único que quiero hacer es borrarla de su cara, como quiero borrar las cejas de todas las chicas que me molestan.
—¡Ugh, cállate! —Me recosté en el asiento y puse los pies en el tablero. Ethan lo vio pero no dijo nada. Genial, porque aunque lo hiciera, no me importaría. Porque soy una princesa, y las princesas obtienen lo que quieren. Mi estómago de repente hizo un fuerte sonido de ballena. Miré a Ethan, pero no pareció notarlo. Maldición, olvidé que no había desayunado esta mañana. Tenía hambre y ¿no mencionó Ethan algo sobre comida antes? Estaba tan enojada con él que olvidé responder esa pregunta—. Mencionaste algo sobre conseguir comida antes, mi respuesta es sí.
Hubo un segundo de silencio antes de que Ethan estallara en carcajadas. Su risa era tan contagiosa que yo también empecé a reír. Sacudió la cabeza y murmuró:
—Eres realmente algo más, Nicole.
Momentos después llegamos a Buvette, un restaurante francés. Salí del coche y Ethan me esperó al otro lado. Extendió su mano hacia mí, lo que me hizo levantar las cejas en confusión. ¿Desde cuándo se volvió tan amigable?
—Deberíamos practicar estar enamorados, Nicole —dijo, sacándome de mis pensamientos.
Oh sí, casi olvidé que era su 'novia'. ¿Por qué acepté hacer esto? Rodé los ojos y coloqué mi mano en la suya. Su mano era grande con callos aquí y allá, mientras que las mías eran pequeñas y suaves. En el momento en que nuestras manos se tocaron, pude sentir chispas encendiéndose en mi estómago.
Oh no, esto no es bueno. Mi estómago cosquilleaba mientras entrelazaba nuestros dedos. Esa sensación de cosquilleo en mi estómago. Sabía exactamente lo que significaba, eran las llamadas mariposas en el estómago.
Solo estábamos tomados de la mano, y ya tengo estos sentimientos. No creo que pueda hacer esto. Pero ya es demasiado tarde. Y ya estoy jodida.
¡Oh dios, ayúdame!