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Capítulo 30 Sophia

El corazón de Emma se hundió como una piedra. Al ver su rostro palidecer, George sonrió con malicia.

—¿Asustada ahora, eh? Emma, déjame decirte, ¡esto es solo el comienzo! Te atreviste a incriminarme y a meterte con Anna. ¡No te la voy a dejar pasar fácil!

Con eso, la arrojó como si fuera basura d...