Read with BonusRead with Bonus

Capítulo dieciséis

Fue una estupidez de mi parte no haber esperado que uno o ambos estuvieran armados, pero mi estómago se tensó de todos modos. Me giré, mirando las manchas de aceite viejo tatuadas en el pavimento, y esperé a que la puerta del coche se cerrara de nuevo.

—Aquí tienes —dijo Rob, pasándonos a cada uno ...