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Eres mía y solo mía

Apollyon se recostó, su mirada fija en la ardiente mirada de Lilith. Paralizada por su magia, ella luchaba por moverse o hablar, atrapada en la intensidad de su confrontación. Lilith deseaba desesperadamente liberarse de su control, pero su cuerpo permanecía inmóvil. Todo lo que podía hacer era sost...