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Capítulo cincuenta y cinco

—No. ¡Mi... mi madre murió en un accidente de coche! ¡La identificamos lo mejor que pudimos!—le grité. Perdí toda motivación para mantenerme en pie y caí al suelo. Mi pierna finalmente se rindió mientras el dolor me envolvía.

—Oh no, yo la maté. Verás, podemos hacer que cualquier cadáver parezca ot...