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Capítulo cincuenta y uno

—Estamos en guerra.

Su voz, pequeña y suave, resonó en la habitación. La atención de cada persona estaba completamente fija en ella. Caminé hacia ella, colocándome a su lado para ayudarla a mantener la calma. Podía notar que no era la mejor en hablar en público, y en los proyectos grupales que hací...