Read with BonusRead with Bonus

Capítulo treinta y cuatro

—¿Qué hizo el bastardo?— Los ojos de Sabrina se entrecerraron, mirándome y esperando que respondiera. Bajé la mirada, encogiendo los hombros.

—Vamos— le agarré la mano, tirando de ella hacia la sala de entrenamiento—, te contaré todo mientras nos preparamos para entrenar.

—¡ESE MALDITO IMBÉCIL!— g...