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Dos almas

—¿Qué...?— Mis hombros se desplomaron. —¿Él está... vivo?— Una lágrima cayó rápidamente de mi ojo antes de que mis ojos se posaran en Niccolo, quien parecía querer acercarse a mí cuando nuestras miradas se encontraron.

—Dominixe...— Se levantó al ver las lágrimas que caían de mis ojos. No dejaban d...