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Deseos no contados

—Está bien, le diré a los guardias que la liberen, y eso es simplemente porque quiero ver una sonrisa en el rostro de mi hermanita —dijo Alex, levantándose, caminando hacia Mia y acariciando suavemente sus mejillas.

—¡Muchas gracias, hermano! ¡Eres el mejor! —exclamó Mia, saltando a los brazos de s...