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Capítulo 247: No puedo dejar de correr

—Solo esperábamos poder hablar con ella— dije.

El hombre levantó ligeramente las cejas. —¿Están vendiendo algo? Espera, ¿por qué me resultan familiares?— Entrecerrando los ojos, nos miró con sospecha. Luego, de repente, pareció reconocer algo porque sus ojos se abrieron de par en par. —Son esas pers...