
7
A la mañana siguiente me preparé normalmente, apenas había podido dormir bien por lo que había visto. Un lobo enorme rondando por aquí. Era súper peligroso ya que alguien podría haber salido y podrían haberlo atacado. Desayuné, Lucas se iba de la casa sin siquiera comer y no tuve tiempo de ofrecerle nada. Papá ya se había ido. Yo era la única aquí. Después de cepillarme los dientes tomé mi mochila, cuando abrí la puerta me sorprendió ver a alguien parado en mi puerta, tenía la mano levantada como si estuviera a punto de tocar.
Jon.
—Hola, ¿qué haces aquí? —quise saber, cerrando la puerta detrás de mí.
—¿Cómo estás? Pasaba por aquí y me preguntaba si podía acompañarte a clases. Ya que vamos en la misma dirección —me dice, Jon era un chico muy guapo, alto, de piel clara y ojos azules. Su cabello era rubio. Parecía una buena opción pero había algo que no se comparaba con Kessler.
No puedo creer que pensé eso.
—Claro. ¿Por qué no? ¿Dónde vives? —pregunté, el clima seguía igual que ayer. Era normal porque estábamos en invierno. No había sol, solo nubes grises, sin viento, pero con niebla y frío. Ajusté mi chaqueta amarilla.
—Siguiendo este camino —señaló el mismo camino pero más adelante. Me dio escalofríos porque solo había bosque allí—incluso adentro.
—Es lejos. ¿No te da miedo estar allí solo? —en ese momento recordé al lobo de ayer y a los otros porque sabía que los lobos andan en manada. Así que hay una manada de lobos enormes acechando por aquí. Empecé a pensar en ese momento que quizás las desapariciones tenían que ver con ellos.
Tenía mucho sentido.
Caminábamos tranquilamente por el camino cuando un coche se detuvo junto a nosotros. Puse los ojos en blanco porque sabía quién era.
—No pierdes el tiempo, Jonny —soltó Kessler. Sonaba molesto.
—Relájate, Walton —replicó Jon. Kessler salió del coche y caminó hasta llegar a Jon y enfrentarlo.
—Hemos hablado de esto antes, Cox, no me hagas repetirlo —Kessler se veía tan imponente y su mirada era de puro odio. No sé en qué andaban estos dos pero no me gustaba para nada.
—Ya basta —los empujé—, no molestes, Kessler.
—Sí, mejor ve y cuida de Riley, tu futura esposa —cuando Jon dijo eso, me quedé congelada en el mismo lugar. ¿Dijo futura esposa? Miré a Kessler como si lo estuviera reprendiendo o esperando una explicación. No sabía por qué actuaba así si no me importaba este chico.
—Cállate —Kessler quiso ir hacia Jon pero lo detuve, aunque no sirvió de mucho porque Kessler aprovechó la situación y me tomó por la cintura, apretándome fuerte hacia él.
—Aléjate de mí, Walton —apreté los puños, lista para golpearlo. Sabía que la chica rubia que había visto con él era Riley. Y ahora sabía que se iban a casar.
—Eva, por favor, nunca creas una mierda que te diga Jonny. No lo hagas —me dijo, sonaba sincero. En ese momento me soltó lentamente, se subió a su coche y se fue. Sentí un extraño vacío cuando se fue.
—Perdón por el espectáculo, Kessler siempre ha sido tan arrogante.
—No importa —seguimos caminando. Me sentía algo incómoda.
—¿Te has acostumbrado al lugar? —me pregunta.
—Más o menos —quería preguntarle sobre los lobos pero no me atreví, la verdad.
Cuando llegamos a la escuela vi el coche de policía estacionado enfrente. Había gente, varios chicos afuera. Sabía que era el coche que maneja mi padre. Kessler y la chica Riley estaban a un lado, con su grupo de amigos. Kessler parecía enojado, nos miró entonces.
—¿Qué está pasando? —le pregunté a Jon, ignorando a Kessler y su pequeña novia.
—No lo sé —respondió. Avancé hacia la entrada, en ese momento mi padre apareció en mi campo de visión.
—Papá, ¿qué haces aquí? —quise saber. Tan pronto como mi padre me vio, me tomó del brazo y me llevó a un lugar más alejado de la gente.
—Eva, tenemos informes de una chica desaparecida ayer por la tarde. En la oficina recibimos una llamada de ella, pidiendo ayuda y asistencia. Nos dio la dirección de la escuela pero cuando llegamos no había nada. Solo sangre en la biblioteca. Por eso pensamos que tal vez alguien le hizo algo.
Sentí algo en el pecho cuando dijo eso, tragué saliva pensando en ese enorme lobo de ayer.
—¿Quién era? —quise saber, con un nudo en la garganta.
—Solo se identificó como Charlotte en la llamada.
Esas palabras resonaron en mí, Lottie. Era ella.
—Lottie —susurré.
—¿La conocías?
—Solo la conocí ayer. ¿Está muerta?
—Aún no lo sabemos, había mucha sangre así que sus posibilidades son escasas. Si es así, tiene que estar en algún lugar del bosque. Eva, por favor ve directamente a casa cuando salgas de la escuela. No te quedes sola en ningún lugar y no, escúchame bien, no confíes en nadie —dijo eso, papá miró detrás de mí. Siguiendo su mirada me di cuenta de que estaba mirando a Kessler y su grupo, que por cierto son muy raros. Kessler también nos miraba, sentí su mirada fija en mí, como dagas.
—Lo haré, no te preocupes. Si tienes alguna noticia de Lottie, por favor avísame.
—Tranquila. Papá me dio un cálido abrazo y luego se fue.
No podía creer que algo así hubiera pasado, me sentía conmocionada y ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado bajo este árbol desde que mi padre se fue pero sentía que era mucho. Cuando volví en mí y reaccioné, me di la vuelta para entrar, sin embargo, una mano tomó mi brazo y me giró.
—Kessler —llamé su nombre.
—Siempre tan solitaria, Bailey.
Ahora sabía mi apellido.
—Mejor sola que mal acompañada —lo ataqué.
Él sonrió a medias.
—Escuché que algo le pasó a tu amiga. Lo siento.
Levanté una ceja.
—¿De verdad lo sientes?
—Sí, aunque no lo creas.
—No me engañas, Kessler Walton, sé que escondes algo. Lo siento.
—¿Qué? —se rió— Apenas nos conoces y piensas que somos asesinos en serie o algo así. Miras muchas películas, gatita.
—No estoy jugando, Walton. Siempre escucho mi intuición y mi intuición me dice que eres extraño y misterioso y tienes algo malo dentro.
—Tal vez —me tomó del brazo muy fuerte— Así que mejor mantente alejada de mí, gatita, tal vez hay una bestia dentro de mí que quiere devorarte.
Vale, tal vez Kessler estaba bromeando, pero en el fondo sentí que era más una confesión. Aunque tal vez estoy delirando porque estoy muy nerviosa por lo que pasó con Lottie.
—Anoche vi un lobo. Y era enorme —me solté de su agarre— Estoy segura de que mi padre no sabe de ellos porque de lo contrario habría cazadores buscándolos ahora mismo para matarlos.
La sonrisa de Kessler desapareció en ese momento, como si se hubiera molestado por lo que dije.
—Cierra la boca, Bailey, si te atreves a decir algo podrías ser la siguiente —en ese momento su rostro se suavizó— Y no quiero que te pase nada malo —acarició mi cabello. Un gesto extraño para mí.
—¿Kessler? —una voz de mujer nos sacó de nuestro "momento" cuando miré detrás de él era su novia Riley.