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CAPÍTULO 31. Muy buena esposa

Paula no sabía qué decir.

¿Estaba el hombre adicto a que ella lo alimentara?

Desamparada, solo pudo inclinar su cuerpo y acercarse cautelosamente para sentarse a su lado. Luego él tomó los palillos para alimentarla.

Él comía muy despacio y con gracia, y Paula sufría una miseria indescriptible.

Había...