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CAPÍTULO 30. Nunca más

—¡Derek!— La voz de la Reina Madre suena aún más fuerte, más dura, al igual que sus ojos, que parecen a punto de prenderme fuego. Sus mejillas están rojas, tanto que me preocupa que la mujer pueda sufrir un ataque al corazón. —¿Qué significa esto?

Rápidamente me deshago de Derek, levantándome de su...