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Capítulo 41: No llores

CAPÍTULO CUARENTA Y UNO:

El día escolar comenzó como cualquier otro. Sean llegó temprano y me cuidó a mí y a mi pie. Fingí haber olvidado mis muletas en el autobús y él casi empezó a llamar a la compañía de autobuses para que regresaran. Le dije que estaba bien y que le pediría a un amigo que las g...