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Confiésalo todo

Meg no puede dejar de acariciar mi vientre.

Su tristeza ha desaparecido por completo y empieza a hacer todo tipo de planes para cuando el cachorro esté aquí. Comienza a hablar sobre la ropa y la comida adecuadas para mí y dónde comprarlo todo. En poco tiempo, está inmersa en el papel de tía para mi...