Capítulo 8
- ¿Qué tal estuvo la película, eh? - preguntó James, sosteniendo a Portia.
La niña sonrió mientras su padre la llevaba en brazos. La película había terminado y salieron del cine junto con Luke.
-
Me gustó. Estuvo bien - dijo de manera relajada. James sonrió.
-
¿Solo bien?
-
¡Excelente! - gritó ella.
-
¿Y tú qué piensas, Luna? - preguntó con una sonrisa. Se veía diferente sonriendo.
-
Estuvo... bien. He estado esperando ver esa película. Mucho - dijo sonriendo. James la miró por unos segundos.
-
¿Pasó algo? Te he notado un poco extraña. - Preguntó mirándola atentamente. Luna se sonrojó.
-
No, nada, es solo que necesito acostumbrarme a la situación. Ya sabes... cambiar de ciudad tan rápido. - Dijo nerviosa y se rió.
-
¿Está bien? - Dijo sonriendo - Vamos, cariño. - Dijo y le tomó la mano.
James hizo un gesto para que Luna subiera a la camioneta, tomó la mano de la niña y luego subió.
James habló con Luke por unos segundos y luego subió a la camioneta.
Un incómodo silencio llenó el auto, solo se escuchaba a Portia comiendo las pocas palomitas que quedaban en el cubo y la respiración fuerte de James.
Luna lo miró y notó todos los rasgos que habían cambiado... sí, habían cambiado mucho.
Ya no era un chico. Su nariz era más recta, su mandíbula mucho más desarrollada y tenía una mirada seria, que Luna recordaba antes era tímida.
-
¿Qué pasa? - preguntó James, mirando al frente. Ella se sobresaltó.
-
¿Q-qué?
-
Te pillé mirándome. - Dijo seriamente como si no fuera nada - ¿Qué pasa?
Luna sintió sus mejillas arder.
-
No... no estoy...
-
No te preocupes. - dijo cortante.
Oh, Dios. Lo último que quería era quedarse ahí como una niña tonta mirando a su jefe, y lo había hecho.
James había sido un típico amor adolescente del que había superado hace mucho tiempo. No se permitiría caer de nuevo en los encantos de un tipo rudo, no, ¡por supuesto que no!
Luna era una mujer adulta y había dejado de pensar en ese tipo de cosas.
Solo estaba allí por Portia y eso era todo lo que sabía. James era explícitamente su jefe y nada más, así que todos esos recuerdos o preguntas sobre el pasado -que él no parecía recordar- debían quedarse allí, en el pasado. Ella era solo una empleada, igual que la ama de llaves, solo que con una posición ligeramente más importante.
-
No te estaba mirando. - Dijo nerviosa. James se volvió para mirarla.
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Bueno. Dije que no importaba.
-
Solo pensé que tenías un perfil bonito. Quiero decir, me recordó a una estatua que vi una vez. Solo tenías algo en tu cara - explicó. No era algo que la comprometiera a nada.
-
¿Lo tenía? ¿Ya no lo tiene?
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No, no se ha ido. - Dijo y se rió.
Luna miró a Portia. Estaba suavemente dormida en el regazo de su padre.
La tarde se veía entre rojos y naranjas, casi como fuego.
Mirando por la ventana, se sentía extraño. Había sido un día extraño. Y a veces recordaba esos días peligrosos donde solo tenía miedo, pero era más simple. Simple porque estaba solo, ahora tenía a Portia, tenía a Rose...
Todos guardan secretos, ¿no?
N/A: Lee para descubrir el secreto de James y el pasado entre James y Luna.