Capítulo 6
El agua imaginaria cayó en la taza que Portia le había dado a Luna.
Habían terminado de recoger todas las plumas en la habitación, y luego Portia había encontrado el lugar perfecto para esconder la bolsa; debajo de su cama.
James aún no había aparecido, Rose tampoco, aunque tarde o temprano tendría que hablar con ella.
"¿Te gustaría algo con tu té, Luna?" dijo con un acento británico. Bastante original.
"Azúcar, por favor." pidió educadamente.
"Bueno, aquí tienes." dijo entregándole una pequeña taza blanca.
Luna se sirvió un poco de azúcar, me imagino, y probó su té.
"¡Está delicioso!" exclamó Luna, sonriendo. Portia la imitó.
"Lo hice yo misma." confesó orgullosa.
"Bueno, haces un té maravilloso."
"Sí, gracias." sonrió. "¿Eres amiga de papá?"
"Sí, lo soy."
"Él no suele tener mucha gente en casa, a menos que sea el tío Peter. No suele pasar mucho tiempo conmigo."
"Oh, ¿no? Bueno, estoy segura de que ahora pasará un poco más de tiempo contigo."
"¿De verdad?"
"Sí."
"¿Quieres ser mi amiga?" suspiró Luna.
"Me encantaría ser tu amiga, hermosa." dijo sonriendo. La niña la imitó.
"Genial. Entonces vendrás conmigo hoy."
Celebró con alegría.
"¿A dónde quieres ir?"
"Hay una película en el cine. Mis amigos ya fueron, pero yo quiero ir."
"Bueno, si está bien con tu papá, iré contigo."
Portia parecía ser una niña muy amigable. Aunque por lo que James le había contado durante el viaje, no era amigable con todos. Agradecía que le gustara tanto, porque si no, llevar a cabo el trabajo sería un poco más difícil.
Miró detenidamente a la pequeña; era bastante adorable. Su cabello rubio estaba atado delicadamente con una cinta rosa, y su tutú era, como la cinta, del mismo color. Tenía grandes ojos marrones y una hermosa sonrisa.
Luna sonrió inconscientemente.
"¿Puedo entrar?" Era James en la puerta.
"Sí, entra."
Él entró en la habitación lentamente, vio a su hija con una mirada de ternura y duda, luego volvió a ponerse serio.
"¿Vamos al cine hoy?" preguntó la niña. La ilusión se mostraba en sus grandes ojos marrones.
"No puedo, cariño, no estoy..."
"Lo prometiste, papá." exclamó seriamente. Vaya, eso lo había sacado de James.
"Lo sé, pero..."
"Pero Luna irá conmigo. Ella dijo que lo haría." explicó tratando de convencer a su padre.
James miró a la joven por unos segundos y luego esbozó una sonrisa. Un poco falsa.
"Así que han arreglado eso... bien."
"Lo siento." Luna se defendió rápidamente.
"Sí, aunque creo que he dicho y repetido perfectamente la regla sobre consultarme primero, ¿no es así?" susurró.
"No sabía que no habías dicho nada todavía. Le expliqué que debía consultarte primero." dijo en un susurro.
"Bueno." dijo fríamente, "Vuelvo enseguida."
Salió de la habitación.
Luna no quería meterse en problemas con James, apenas lo conocía pero por lo que había visto, estaba bastante mal. Intentaría no seguir ninguno de los planes de Portia sin su permiso. Quiero decir, era lo lógico.
En menos de cinco minutos, apareció por la puerta. Rápidamente, habló,
"Portia, vamos a almorzar y luego al cine."
"¿Con Luna?" preguntó emocionada.
"Sí, con Luna."
La niña puso su mejor sonrisa, se levantó y abrazó a su padre, quien rápidamente mostró su sonrisa más sincera.
"Está bien, pero tienes que vestirte. Llamaré a Rose. Tú, eh, Luna... ven conmigo."
Ella se levantó y comenzó a caminar tras él. Portia dio un pequeño grito de despedida y siguieron caminando.
El silencio era incómodo, y podía escuchar la respiración de James a solo unos metros. Estaba enojado, lo sabía.
"¿Qué te dije?" dijo de repente.
"Lo siento, no sabía que no le habías permitido ir al cine. Le dije que no iba a hacer nada sin preguntarte primero."
"Bueno, iba a llevarla al cine pero mi agenda ha estado llena desde siempre. Tuve que llamar a mi trabajo para avisar que no iba. ¿Sabes cuán tarde estoy para el trabajo? No, no lo sabes." se quejó enojado.
"Lo siento, lo siento mucho." dijo disculpándose. "No dije que sí en ningún momento."
"¿De qué hablaron?" preguntó evadiendo el comentario de Luna mientras entraba en su oficina. Le hizo un gesto para que entrara junto a él. Al entrar, se sentó en su escritorio y Luna frente a él. "¿De qué hablaron?" repitió.
"Jugamos a tomar el té por un rato, luego me pidió que fuera su amiga. Sonrió por unos segundos, y luego dijo que quería que fuera al cine con ella. Eso es todo, luego entraste tú."
"Bueno, te ha pedido que seas su amiga, así que eso es bueno. Si esto sigue así, tal vez en menos de una semana tengamos una respuesta. ¿Te gusta ella?"
"Sí, es una niña encantadora."
"Eso es genial. Escucha, quiero ofrecerte algo."
"¿Sí?"
"Si esta semana va bien, hay algunas cosas de las que me gustaría hablar contigo. Nada demasiado serio, solo algunas cosas que necesitas saber." dijo tratando de encontrar las palabras adecuadas.