Chispas
Mientras caminaba hacia su objetivo, comenzó a sonar música: "Di lo que quieras decir y deja que las palabras salgan. Honestamente, quiero verte ser valiente", haciéndola saltar.
"Mierda", Violet se detiene en seco.
"Solo quiero verte". Torpemente intenta agarrar su teléfono. "Solo quiero verte". Violet lee la identificación de la llamada: Cora Dayton. El corazón de Violet da un vuelco al ver el nombre de su mejor amiga. Siempre sabe cuándo llamar para que no haga algo impulsivo, piensa.
"Hola, tú", dice Violet emocionada, aún parada frente a la casa de los chicos.
"Violet, ¿estás bien? No me llamaste cuando llegaste a la cabaña. ¿No te estás desmoronando, verdad? Te dije que era muy pronto para mudarte". La avalancha de preguntas hizo sonreír a Violet; su mejor amiga siempre estaba tan preocupada, le calentaba el corazón.
"Estoy bien, Cora, lo prometo. Conocí a los cuidadores. Ni siquiera sabía que había alguno". Violet enmascaró fácilmente su voz para que su amiga no se preocupara. Sabía que Cora dejaría todo para ayudarla, pero realmente necesitaba hacer esto por su cuenta. Además, Cora tenía mucho en su plato en este momento y Violet odiaría ser una carga.
"¿Un cuidador? ¿Como un viejo espeluznante caminando por la propiedad?" dijo Cora en voz baja.
"Jajajaja. ¿Por qué sería un viejo espeluznante? ¿Qué libros has estado leyendo?" Violet comenzó a caminar de nuevo, estaba casi al borde de la casa.
"Eso es lo que pienso cuando escucho la palabra cuidador. Algún viejo espeluznante con tirantes. ¿Quiénes son?" preguntó Cora justo cuando Violet doblaba la esquina.
"Solo dos her-" ¡bam! Violet chocó contra una pared cálida que hizo que chispas recorrieran su piel. Miró hacia arriba y vio que no era una pared de ladrillos en absoluto, era un muy musculoso Eli.
"Violet, ¿estás bien? ¿Qué pasó?" preguntó Cora al otro lado de la línea, pero Violet estaba aturdida mirando esos hermosos ojos azules, como un mar interminable de azul.
"Cora, voy a tener que llamarte de vuelta", dice finalmente Violet y cuelga el teléfono. Eli se apartó rápidamente y se quedó a unos cinco pies de distancia de ella. "¿Estás bien? Estabas tan cálida que podrías tener fiebre", dijo Violet olvidando que se suponía que estaba enojada con él por deshacerse de sus cosas.
"Estoy bien", dice Eli con un tono ronco, rápidamente aclara su garganta mientras la pequeña voz dentro de su cabeza dice agresivamente "Mía". Eli sacude la cabeza. No puede ser, pensó. "¿Con quién hablabas?" preguntó, y luego añadió rápidamente, "No tenías que colgar".
"Era mi mejor amiga. La llamaré de vuelta. Tenía una pregunta para ti", dijo Violet con cuidado de no mirarlo a los ojos, temiendo olvidar que él estaba en problemas. Continuó, "Estaba en el dormitorio principal y casi todo había desaparecido. ¿Dónde está?" La pregunta se suponía que debía salir fuerte y autoritaria, pero salió débil y sin aliento. ¿Qué me está pasando?, pensó. Luego una pequeña voz en su cabeza dijo "él es mío". Violet tragó saliva.
"Tu tío quería que se fuera. Así que hice lo que me pidió", Eli se encogió de hombros.
"¡¿Qué?! ¡¿Hiciste qué?!". De repente, Violet no tuvo que recordarse a sí misma que estaba enojada. Estaba temblando de ira. No, no era ira, ¡era rabia! Comenzó a estremecerse y a sentir que perdía el control. Era una sensación de poder que nunca había experimentado en sus veinte años de vida. Un gruñido salió de su cuerpo que la asustó y al mismo tiempo la emocionó.
Eli sabía lo que estaba pasando, pero estaba confundido. ¿Por qué parece tan asustada? ¿No sabe lo que está pasando? Tiene que tener al menos 18 años. "Violet, lamento haberte molestado".
"¿Qué me está pasando?" gritó Violet con el tono más animalístico que jamás había escuchado. Sus ojos se abrieron de par en par mientras se encorvaba y escuchaba un sonido de desgarramiento proveniente de todo su alrededor. Luego sonó como si todos sus huesos se estuvieran rompiendo.
"Todo va a estar bien, Violet. ¡Mierda!" Eli gritó mientras veía a la mujer frente a él convertirse en el lobo rojo más hermoso que había visto. En sus ojos, vio miedo y decidió entonces transformarse para ayudarla.
Su transformación fue simple y fácil, pero podía ver que ella se estaba volviendo frenética. Ella retrocedía rápidamente. Eli se movió para intentar guiar al asustado nuevo lobo hacia el bosque. "Tengo que sacarla de esta área", pensó. Dejando que su lobo tomara el control, la llevó al bosque. Una vez allí, ella corrió. Elis, el lobo de Eli, aulló y corrió tras ella. "Es magnífica", pensó Elis.
"¡Detente, Elis! Ella necesita nuestra ayuda", dijo Eli a su lobo antes de retomar el control. Ella estaba corriendo tan rápido, cuando vuelva a su forma humana no sabrá dónde está. Eli estaba muy preocupado de que se perdiera o, peor aún, que alguien más la encontrara. Se suponía que debía darle el baúl de esperanza y la carta, no se dio cuenta de que ella no sabía o que perdería el control tan rápido. Qué estúpido fue por ser tan idiota con sus cosas.
Violet siguió corriendo. No sabía a dónde iba ni qué estaba haciendo. Todo lo que sabía era que Eli se había convertido en un lobo. Ella tampoco se sentía como ella misma. Escuchó sonidos extraños provenientes de su cuerpo y luego él cambió y ella simplemente corrió. "¡No me jodas! Tal vez antes de juzgar a ese pedazo de lobo sexy deberías mirar en el arroyo de allá", dijo una voz a Violet.
"¿Quién está ahí?" Violet detuvo su carrera y buscó la voz que acababa de escuchar.
"Hola, soy tú, o debería decir soy tu loba, Lettie", respondió la voz. "Ahora ve a encontrar el arroyo antes de que vuelvas a tu forma humana".
Violet perdió el control de sus piernas y comenzó a correr de nuevo sin quererlo. Cuando llegó al arroyo, miró hacia abajo y vio a un lobo rojo mirándola. "Esto no puede ser yo", pensó Violet.
"Mira de nuevo", susurró Lettie, "mira de cerca".
Violet miró y, efectivamente, sus ojos verdes esmeralda la miraban de vuelta. Estaba aterrorizada. Luego, una vez más, comenzó a temblar y lo siguiente que supo fue que estaba acostada desnuda en la orilla del arroyo. Pensando, ¿qué demonios me está pasando?