El arrepentimiento de un padre
Cuando me gradué, elegí una universidad fuera del estado porque no quería estar cerca de él y sus padres. Cole no era el abuelo cariñoso y abrazador. La abuela Bernice, en cambio, era muy amorosa y siempre fue amable conmigo durante las cenas de Acción de Gracias y Navidad a lo largo de los años. No fue hasta mi graduación que descubrí que Ethan estaba casado con Vanessa. Los cuatro se presentaron en mi graduación y así fue como me enteré de ella. Nunca había estado en ninguna reunión familiar antes. Cuando el abuelo Cole la presentó, lo único que hice fue mirar a Ethan con ojos de odio. Pude ver la culpa en sus ojos. Mi madre era una mujer fuerte, ¿cómo pudo haber amado a alguien tan débil? Ese fin de semana fue cuando descubrí que él había estado casado todo el tiempo que estuvo con mi madre. No la amaba lo suficiente como para divorciarse de su esposa; estuvo legalmente separado durante diecinueve años.
Avancemos tres años y aquí estoy sentada en la casa de estas personas siendo llamada una cerda fea y gorda con acné. No me parece nada gracioso. Sé que no soy la mujer más hermosa del mundo. Pero con una altura de un metro setenta y ocho, pesando sesenta y tres kilos, con una figura de reloj de arena, talla de sujetador 34D, ojos azules y cabello muy rizado, negro azabache y largo. Puedes rebotar una moneda en mi trasero muy bien tonificado y, por cierto, no tengo acné. Así que no me llamaría una cerda fea y gorda ni nada gordo, y me niego a ser caracterizada de esa manera. No tengo idea de por qué pensarían que estaría de acuerdo en renunciar a mi vida por ellos y esta tontería. No necesito ni quiero su dinero. El dinero y las cosas que mi madre me dejó todavía están en un fideicomiso esperándome. No es una cantidad de millones o miles de millones de dólares, pero será suficiente para mí. Mi plan de convertirme en abogada como mi madre está a la vuelta de la esquina. Estoy segura de que con lo que ya tengo y lo que ganaré, será suficiente para mantenerme.
Todavía esperando a que Ethan diga su parte sobre esta estúpida reunión. "Kadian, este matrimonio es muy importante para tu abuelo, ¿podrías reconsiderar tu decisión?" ¿Está hablando en serio ahora? "Tu padre es la razón por la que mi madre murió sola y con el corazón roto. No me importa lo que sea importante para él o para ti, en todo caso. ¿Por qué sacrificaría mi vida y felicidad por las dos personas que más odio?" La abuela Bernice se quedó boquiabierta y se tapó la boca. El abuelo Cole, por otro lado, estaba furioso. Empezó a señalarme con el dedo, sacudiendo la cabeza. "Tu madre fue una rompehogares que destruyó el matrimonio de mi hijo." ¿Acaba de faltar al respeto a mi madre este viejo? "¡Padre! ¿Estás loco? Yo amaba a Ellison, tú fuiste quien me hizo perderla a ella y a mi única hija. ¿Cómo puedes decir eso sobre ella? Además, sabes muy bien que la conocí después de dejar a Vanessa." Mi padre se levantó, tomó mi mano y me sacó de la casa.
Ambos estábamos molestos por las palabras de su padre sobre mi madre. Esta fue la primera vez que vi o escuché a mi padre alzar la voz a alguien. "Lo siento mucho por no haber sido un buen padre para ti. Lo siento, no fui lo suficientemente fuerte para luchar por ti y tu madre en ese entonces. Pero debes saber que las amaba mucho a ambas. Quería casarme con ella, ella era la única persona que me hacía feliz. Escuché a mi padre y su pensamiento retrógrado y las perdí a ambas." Estaba llorando y me dio un poco de pena, porque al menos yo tuve otros cinco años con ella que él no tuvo. Al mismo tiempo, desearía que hubiera tenido más valor antes, porque ella lo estuvo esperando todo ese tiempo. "No te preocupes, no tienes que casarte con nadie que no quieras." Aunque no planeaba casarme con nadie, aún era bueno escucharlo defenderme.
Condujimos hasta su apartamento en silencio. Cuando entramos, se veía triste. "Ella nunca dejó de amarte. Tenía tus fotos por toda la casa y nunca volvió a salir con nadie. Estaba esperando que vinieras a buscarnos, nunca perdió la esperanza." Empezó a sollozar, sosteniendo su cabeza entre las manos. Era extraño ver a un hombre adulto llorar como un bebé. En un momento de debilidad, le di un abrazo y él solo lloró aún más fuerte.