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No pruebes mé búttérfly...

Sebastián había terminado con su tortura en la mañana cuando regresó y vio que Florina aún estaba dormida, o mejor dicho, desmayada. Se quedó allí, tomándose su tiempo para admirar su belleza. Vio un leve moretón y una herida desvaneciéndose en su frente, lo que le hizo fruncir el ceño. Sus pensamie...