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19. Qué pena a la mañana siguiente

Cuando abrí los ojos a la mañana siguiente, lo primero que noté fue el rayo de luz brillante que penetraba por la rendija de la ventana medio abierta. Luego fue el inmenso dolor de cabeza que sentía lo que me hizo llevar la mano a la frente y frotar mis dedos allí. Gemí de dolor y noté que estaba ac...