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Capítulo 48.1

Adira se despertó, como todos los días, estirando las piernas desde la cama hasta el suelo, levantando los brazos hasta rozar el techo.

Era una mañana seca y ventosa. Hace solo unas semanas, el clima era de un calor tormentoso, pero ahora, la temperatura había disminuido repentinamente mientras la ...